06 de abril de 2020
Maite Urzain, enfermera y asesora en duelo
Arrasate, 26 de marzo de 2020
Esta situación de emergencia nos pone ante una realidad nueva, desconocida, que nos conecta directamente con la sensación de vulnerabilidad. Pensemos en la soledad que impone este extraño virus: en las camas de hospital, en las casas de los que viven solos, en la falta de abrazos, besos y caricias. Y al otro lado, los ojos de los profesionales que los atienden que como espejos reflejan lo que viven en su día a día.
Cuando todo pase, podremos retomar el contacto más cercano, celebrar el funeral y las despedidas que no hayamos podido hacer, pero para quienes hayan perdido seres queridos en este tiempo, habrá una parte de la experiencia que será irrecuperable.
Hoy en día vamos a tener que vivir un duelo sin apenas posibilidad de despedirse, sin poder acariciar a quien está́ a punto de morir, sin poder ver el cuerpo del difunto en muchos de los casos, sin posibilidad de velarlo ni celebrar su debido funeral, sin encontrar consuelo en los brazos de amigos y allegados.
En esta situación de alarma, el cuidado emocional se ha relegado a segundo plano. Sin embargo, tener necesidades relacionales es natural y humano y esta situación puede hacer que el duelo resulte más traumático y doloroso.
Si ya es difícil asumir la muerte del ser querido, esta situación excepcional hace que la incredulidad y el dolor aumente. Cuando se nos impone no poder acompañar a nuestro ser querido, pueden surgir heridas emocionales.
Recomendaciones en esta situación:
- Aunque estés en la distancia, expresa lo que piensas y sientes.
- Puedes escribir una carta, grabar un audio o un video y enviárselo a la persona que está aislada. Si te da más seguridad enséñaselo a personas de tu confianza antes de enviarlo, pero evita la red social abierta, te expondrás más.
- Si te resulta difícil plasmar eso que sientes en un papel, puedes hacer un dibujo. No te preocupes por el resultado, pues el objetivo no es hacer una gran obra, sino plasmar lo que tienes dentro, aunque sea un borrón.
- Confía en los más pequeños de casa, tienen más imaginación y creatividad que nosotros. Además de tenerles en cuenta, podéis aprovechar el momento para hablar de lo que estáis pasando en casa con un lenguaje sencillo.
- Si finalmente fallece, date permiso para comunicar lo que ha ocurrido a tus amigos y allegados, será una buena manera de que recibas apoyo y solidaridad.
- Puedes pedir a los servicios funerarios que esa carta que habéis escrito, ese objeto que era tan especial para la persona o esa foto que le gustaba tanto se coloque dentro del ataúd.
- También puedes pedirles que se haga una foto al difunto para el recuerdo. Quizá ahora te resulte algo raro y no la quieras mirar, pero más adelante cuando tengas que hacer el duelo te ayudará.
- Debemos explicar a los más pequeños de casa, a nuestros mayores y a las personas con alguna discapacidad lo que está ocurriendo. Si para nosotros los adultos ya resulta surrealista, imaginad qué fantasías pueden tener las niñas y niños. Deberemos elegir palabras y explicaciones a su nivel de compresión, quizá la idea te asuste. Sin embargo, te puedo asegurar que se adaptan mejor que nosotros a las situaciones nuevas y desconocidas si les dedicamos un poco de atención.
–
Si por enfermedad grave, muerte o duelo, necesitas ayuda:
Escribe a este email: maiurzain@gmail.com
Escribe tu consulta con tu nombre y un teléfono de contacto
Concertaremos una cita gratuita
Las consultas se harán vía telefónica o Skype
–